Tras haberse enfrentado a numerosas dificultades, algunos mercados frontera resultan hoy más atractivos gracias a la combinación de importantes devaluaciones de los tipos de cambio, endurecimiento de las políticas monetarias y aumento de la financiación extranjera.
Los mercados frontera normalmente representan economías de mercados emergentes (ME) menos desarrolladas, a menudo con calificaciones crediticias inferiores a grado de inversión. Además, suelen albergar infraestructuras subdesarrolladas y registran un bajo rendimiento en diversos indicadores sociales. Sus mercados de renta fija suelen ser más pequeños y presentan numerosas limitaciones para los inversores extranjeros (entre ellas, un mayor riesgo de enfrentarse a controles de capital); a esto se une normalmente una falta de liquidez en comparación con mercados emergentes más consolidados. Entre estos mercados se encuentran, por ejemplo, Kenia, Pakistán y Ghana.
La región también alberga lo que se conoce como «ángeles caídos», es decir, mercados que en su día formaron parte del panorama principal de mercados emergentes pero que luego perdieron esa condición debido a crisis económicas o a problemas relacionados con la negociación de su deuda denominada en divisa local, entre los que se incluyen problemas con la repatriación de fondos, la replicación de índices o de liquidez. Países como Nigeria y Egipto, que en su día formaron parte de los índices GBI-EM de JPMorgan, fueron eliminados de ellos por diversas razones (Egipto salió del índice a principios de este año).
A medida que los tipos de interés van disminuyendo en los mercados desarrollados y en los mercados emergentes más maduros, van mejorando también las perspectivas de la deuda en divisa local de los mercados frontera, gracias a la baja correlación con los mercados globales, la mayor solidez de su posición externa y la mejora de las valoraciones.
Vemos oportunidades de inversión en algunos mercados de deuda en divisa local en los que los recientes cambios monetarios han propiciado una mejora del entorno macroeconómico, medido por los fundamentales. Las perspectivas de la clase de activo parecen favorables, ya que presentan diversificación o falta de correlación en sus respectivas rentabilidades, cuentan con mayores reservas externas y prevén un aumento de las valoraciones. No obstante, los inversores deberán llevar a cabo un análisis cuidadoso y exhaustivo de los distintos países, ya que aún existen grandes diferencias entre ellos.