Si 2025 fue el año en el que la incertidumbre derivada de los aranceles transformó el panorama de la economía mundial, 2026 podría ser el año en el que todo vuelva a la normalidad.
Los inversores deben esperar un aumento de la estabilidad, a medida que los conflictos en materia de comercio internacional vayan remitiendo, las medidas de estímulo del gobierno comiencen a surtir efecto, los tipos de interés disminuyan y el auge del gasto en inteligencia artificial continúe impulsando el crecimiento económico.
«La economía ha tenido que hacer frente a numerosos obstáculos», señala Brady Enright, gestor de renta variable, entre los que cita el aumento de los aranceles, el nivel relativamente elevado de los tipos de interés y el reciente cierre del gobierno estadounidense, entre otros. «Creo que hay motivos para pensar que el contexto económico podría mejorar notablemente en 2026».