China se ha unido recientemente a la lista de países con más muertes que nacimientos en 2023, poniendo así de manifiesto una tendencia de caída de la población que podría poner patas arriba la economía mundial. Los cambios demográficos tienen consecuencias importantes.
Naciones Unidas prevé que el mundo alcanzará su nivel máximo de población en torno a 2086, pero creo que esta cifra es demasiado optimista. Una de las razones es que la reducción de la tasa de nacimientos que se ha producido en algunos países a causa de la pandemia podría haber agravado la tendencia de caída de la población, y el problema, además, podría prolongarse en el tiempo. Incluso en algunos países de África y América Latina, donde las tasas de natalidad han sido siempre elevadas, el número de nacimientos se ha reducido hasta acercarse a la tasa de reemplazo de 2,1 hijos por mujer. Si tenemos en cuenta estas tendencias, la población mundial podría alcanzar su nivel máximo en torno al año 2050.