Por primera vez en muchos años, las perspectivas parecen estar mejorando para las compañías no estadounidenses. Son varios los factores que están acelerando el cambio: medidas de estímulo fiscal en Alemania, reformas del gobierno corporativo en Japón y Corea del Sur, debilitamiento del dólar estadounidense, indicios de estabilización de la economía china y mejora del contexto político en Europa.
Las compañías no estadounidenses han tenido un buen inicio de año: los índices MSCI Europe, MSCI EAFE y MSCI ACWI ex USA han registrado sólidas ganancias, frente a la fuerte caída del índice S&P 500.
«Desde el anuncio de aranceles del pasado 2 de abril, hemos visto una gran correlación entre las compañías estadounidenses y no estadounidenses, tal y como cabría esperar en un periodo de aumento de la volatilidad de los mercados», afirma Samir Parekh, gestor de renta variable. «Cuando la situación se normalice, las perspectivas parecen favorables para las compañías no estadounidenses. Las valoraciones son mucho más bajas que las de las empresas de Estados Unidos. Muchas compañías no estadounidenses operan en sus propios mercados nacionales y no están expuestas al contexto de inestabilidad política que vive el país norteamericano. Además, ciertas regiones están experimentando una mejora del gobierno corporativo».
La evolución de los mercados de divisas apunta a la posibilidad de una ralentización del crecimiento de la economía estadounidense, una orientación más expansiva de la Reserva Federal y unos tipos de interés reales más bajos. El dólar resulta menos atractivo, dada la reducción del diferencial de tipos reales (ajustados por inflación) entre Estados Unidos y otros países.