La preocupación por la ralentización del crecimiento de la economía china ha llevado a comparar su situación con la que vivió Japón en la década de 1980 y con las circunstancias que provocaron el estancamiento de su economía en las últimas décadas.
Aunque las perspectivas de crecimiento a largo plazo y los desequilibrios que se registran en China pueden no ser tan graves, la debilidad que muestran la inversión y la confianza de los inversores, junto a un potencial limitado de medidas de estímulo, podría crear un escenario similar de exceso de capacidad y empeoramiento de las expectativas.
Hasta el momento, el análisis de la situación ha puesto de manifiesto las similitudes más obvias entre ambos países, como los problemas demográficos y la crisis del sector inmobiliario, pero no ha dedicado tanto tiempo a otros factores como la inversión, la productividad, las medidas de estímulo y las expectativas. Pensamos que estos otros factores resultan igualmente relevantes (si no más) para la actual economía china.