De cara a 2025, el mercado muestra un marcado optimismo en un contexto de solidez de la economía estadounidense, recortes de tipos de interés y avances en inteligencia artificial. El panorama continúa evolucionando y ofrece retos y oportunidades a los inversores.
El índice S&P 500 cerró 2024 con una subida del 25%, tras superar el 26% en 2023. No obstante, la posibilidad de que este año los mercados vuelvan a subir depende de factores que escapan del control de los inversores, lo que nos lleva a aconsejar un enfoque a largo plazo y una mentalidad de permanencia en el mercado.
En este contexto, nuestro informe sobre las cinco claves para invertir en 2025 recoge ciertas consideraciones interesantes sobre el entorno actual, así como las cuestiones que deben tener en cuenta los inversores a la hora de evaluar lo que puede ocurrir durante el año.
Tal y como Rob Lovelace afirma en la introducción al informe, las perspectivas de la economía mundial están mejorando, especialmente en Estados Unidos. El país atrae a inversores de todo el mundo gracias a sus múltiples ventajas, entre las que se incluyen el espíritu emprendedor, el acceso al capital y la solidez de las infraestructuras que se necesitan para impulsar el crecimiento.
Este entorno ha favorecido la innovación, sobre todo la relacionada con la inteligencia artificial y el descubrimiento de fármacos. Se trata de megatendencias que han comenzado a crear oportunidades en muchas otras áreas, desde las compañías industriales al sector de la energía.
A la hora de hacer frente a todos los posibles cambios, será esencial prestar atención a los fundamentales con un horizonte a largo plazo.