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Históricamente, el debilitamiento del dólar ha creado un contexto positivo para la renta variable emergente, ya que ambas clases de activo han mantenido una correlación inversa. La fuerte caída que ha registrado el dólar en los últimos meses ha llevado a muchos a pensar que podríamos estar cerca del final del periodo alcista que ha registrado la divisa en estos últimos diez años. 

Correlación inversa entre la renta variable emergente y el dólar estadounidense

Si echamos la vista atrás, los periodos de fortaleza del dólar han estado asociados con un aumento del riesgo relacionado con la deuda de los mercados emergentes, la ralentización del crecimiento de la economía mundial y problemas comerciales. Un dólar fuerte también se asocia con tendencias de desplazamiento de fondos hacia activos más seguros. Los inversores han acudido en masa a la divisa en periodos de incertidumbre, gracias a su liquidez, su categoría de divisa de reserva, su trayectoria de estabilidad política y económica, su transparencia y su régimen jurídico

Sin embargo, de cara al futuro, todo parece indicar que el ciclo alcista del dólar podría estar llegando a su fin. Por otro lado, en términos estructurales, y tras quince años de liderazgo del dólar y de la economía estadounidense, el atractivo relativo de Estados Unidos frente a los mercados emergentes podría estar disminuyendo.

En este contexto, Natalya Zeman, investment director, analiza si se dan los factores adecuados para que podamos asistir a un periodo alcista de la renta variable de mercados emergentes.