Aunque las economías han mostrado una notable capacidad de resistencia ante las fuertes subidas de tipos de interés, recientemente hemos comenzado a ver cierta divergencia. Algunos países como Estados Unidos, la India y Japón han mostrado una mayor solidez que otras áreas como Europa, el Reino Unido y China, impulsados principalmente por las diferencias en el consumo, la inversión y la política fiscal.
Salvo que se produzcan reformas o se registre un aumento de la productividad, lo más probable es que las economías cíclicamente más frágiles mantengan su fragilidad, y que las economías más sólidas mantengan también dicha solidez a largo plazo.
Todo ello afectará a los precios de los activos. Así, se prevé que las economías más sólidas mantengan los tipos de interés en niveles elevados en todos los tramos de la curva y presenten un mayor grado de estabilidad financiera y unos diferenciales de crédito más reducidos. Por el contrario, las economías más frágiles no podrán sostener unos tipos de interés más altos y presentarán un crecimiento nominal más débil y un menor grado de estabilidad financiera.