Aproximadamente un mes después del «Día de la Liberación», el dólar estadounidense muestra indicios de estabilización, aunque continúa debilitándose frente a la mayoría de las divisas de los mercados desarrollados y emergentes.
Si bien la evolución del dólar a tiempo real no resulta evidente a simple vista, podemos analizar ciertos factores clave para determinar si la divisa está inmersa en un periodo prolongado de debilidad.
El dólar lleva casi diez años estando sobrevalorado según los modelos de valoración fundamental, pero aún es demasiado pronto para concluir que nos encontramos en un periodo de debilidad de la divisa. Para ello, tendríamos que asistir a una fuerte contracción del crecimiento de la economía estadounidense (o recesión) o a un importante aumento del crecimiento en el resto del mundo.
Por su parte, si bien algunos de los elementos fundacionales que han contribuido a la categoría de divisa de reserva del dólar a lo largo del tiempo se han visto comprometidos, lo cierto es que mantienen su solidez, tanto en términos absolutos como en comparación con otras alternativas viables.
Aunque la proporción del dólar en los activos de reserva mundiales ha ido disminuyendo en los últimos veinte años, ello no ha venido acompañado de un aumento en la misma proporción del resto de divisas que conforman las «cuatro grandes»: el euro, el yen y la libra esterlina.
Una divisa de reserva no tradicional que sí que ha visto aumentada su cuota de mercado ha sido el renminbi chino, que ha copado el 25% de la caída que ha registrado la cuota del dólar. Aunque el renminbi está respaldado por la segunda economía del mundo y ofrece acceso a amplios mercados financieros y de divisas, los estrictos controles de capital del país limitan el papel del yuan en el sistema financiero mundial.
El euro suele considerarse otra posible alternativa al dólar, pero hay escasez de activos de alta calidad denominados en euros que los inversores internacionales y los bancos centrales puedan utilizar como depósito de valor, y no existe ningún activo «seguro» respaldado por el gobierno en toda la eurozona.
Por lo tanto, aunque podríamos asistir a un nuevo debilitamiento del dólar, no parece probable que estemos ante un punto de inflexión en el ciclo alcista de la divisa estadounidense.