Ante el cambio de liderazgo en Estados Unidos, la posibilidad de identificar qué empresas van a salir reforzadas de este segundo mandato de Trump y cuáles se van a ver afectadas se convierte en una prioridad para muchos inversores. En el plano macroeconómico, ¿cómo afectarán los conflictos geopolíticos y el aumento de los aranceles al comercio internacional y la inflación?
A escala más local, existen ciertos interrogantes sobre el futuro comportamiento de ciertos sectores y compañías. Los datos de beneficios del tercer trimestre han ofrecido algunas pistas que podrían ayudar a los inversores a prepararse para lo que viene.
1. Los bancos podrían registrar buenos resultados, pero la posibilidad de futuras subidas de tipos enturbia las perspectivas
Tal y como señala el gestor Irfan Furniturewala, se prevé que los bancos se vean favorecidos por un gobierno de Trump, ante la posibilidad de que se suavice la normativa en materia de exigencias de capital.
También se espera que las fusiones reciban un menor control antimonopolio por parte de las autoridades, lo que reduciría el tiempo necesario para cerrar las operaciones. El aumento del volumen de las operaciones favorecería al sector bancario, ya que muchas entidades ofrecen servicios de asesoramiento, además de deuda para ayudar con la financiación.
Los recientes datos de beneficios empresariales muestran la buena situación de los grandes bancos. En JPMorgan, el mayor banco de Estados Unidos, el gasto en tarjetas de crédito y débito aumentó un 6%. «El consumo mantiene su solidez, y probablemente seguirá haciéndolo salvo que asistamos a un debilitamiento de los mercados laborales», añade Furniturewala.
La preocupación por el aumento del gasto público y su posible impacto en la inflación ha impulsado al alza los rendimientos de los títulos del Tesoro a largo plazo en los últimos meses. El 7 de noviembre de 2024, el rendimiento de los títulos a diez años fue del 4,34%, frente al 3,78% del 30 de septiembre.
«Aún es demasiado pronto para conocer cuál podría ser el efecto inflacionista de las nuevas políticas», afirma Fergus MacDonald, gestor de renta fija.
«En mi opinión, el impacto desinflacionista de las fuertes subidas de tipos de interés que comenzaron a principios de 2022 sigue haciéndose sentir en la economía, y un regreso a las políticas inflacionistas aún tardaría un tiempo en cobrar un cierto impulso».
Según MacDonald, lo más probable es que los tipos de interés continúen bajando a lo largo del próximo año, ya que la Reserva Federal está tratando de normalizar el entorno de tipos. En noviembre, la entidad recortó por segunda vez los tipos de interés en 25 puntos básicos, situándolos en el rango del 4,5% al 4,75%.
2. Nuevos líderes en un contexto complicado para el sector automovilístico
La cotización de los fabricantes estadounidenses de automóviles subió con fuerza tras la victoria de Trump, ante la previsión de una reducción de la normativa en materia medioambiental y de flexibilización de la política monetaria. Sin embargo, el sector automovilístico también es uno de los principales objetivos de posibles aranceles, ya que sus cadenas de suministro están muy globalizadas, por lo que una guerra comercial con Europa o China podría provocar desajustes en los mercados.
El contexto previo a las elecciones ya era complicado para los fabricantes de automóviles, dada la reducción de la demanda. «La confianza de los consumidores es uno de los factores que más influyen en la venta de vehículos en Estados Unidos. Según los datos que manejamos, dicha confianza sigue estando aproximadamente un 25% por debajo de los niveles que se registraban antes de la pandemia», señala el analista de renta variable Drew Macklis. La debilidad de la confianza se debe en gran medida al nivel elevado de los precios y de los tipos de interés, que ha hecho que el desembolso mensual medio por un vehículo nuevo en Estados Unidos se sitúe en torno a los 730 dólares.
Los datos registrados durante el último trimestre por los tres grandes fabricantes estadounidenses del sector (Ford, General Motors y Stellantis, antes Chrysler) muestran perspectivas diferentes. El rigor operativo de General Motors ha permitido a la compañía hacer frente a la debilidad de la demanda en mejores condiciones. Macklis señala: «GM ha sido disciplinada en el control de su estructura de costes, manteniendo descuentos inferiores a los de otras compañías del sector en segmentos clave como el de las grandes camionetas. También ha sido rigurosa en su asignación de capital». En la presentación de los resultados correspondientes al tercer trimestre de 2024, GM anunció la revisión al alza de su previsión anual de beneficios, y ahora tiene previsto mantener esa mayor rentabilidad en 2025.