La adopción de un enfoque global favorece a muchos sectores de renta fija, pero sus ventajas son menos evidentes en el caso de la deuda de alto rendimiento.
La razón es que muchos de los factores que respaldan los argumentos de inversión a escala global, como la posibilidad de acceder a un universo de inversión más amplio y diversificado, no se aplican en este segmento del mercado. A pesar de haber más que triplicado su tamaño desde 2012, el mercado de deuda europea de alto rendimiento, que es el mayor después del estadounidense, sigue conformando solo una pequeña parte del universo de inversión total, que continúa estando dominado por Estados Unidos.
A fecha de abril de 2025, el 70% del mercado de deuda corporativa global de alto rendimiento eran bonos denominados en dólares. La comparación entre los mercados de deuda de alto rendimiento global y estadounidense pone de manifiesto la estrecha similitud entre ambos, con la única y notable diferencia de que el universo global presenta una exposición ligeramente superior al sector bancario, algo que se ve compensado con la mayor ponderación en los sectores de consumo cíclico, energía, bienes de equipo y tecnología que observamos en el mercado estadounidense de deuda de alto rendimiento.
Al comparar los índices, también destaca el hecho de que el índice estadounidense incluye emisiones denominadas en dólares por parte de compañías no estadounidenses, que actualmente representan el 13% del índice. El desconocimiento de estas compañías no estadounidenses puede hacer que dicha emisión se ofrezca con una prima sobre las emisiones nacionales, lo que proporciona a los inversores una fuente potencial de rentabilidad adicional.
Dada la similitud del desglose por regiones y sectores que presentan ambos índices, las ventajas de diversificación de un enfoque global son limitadas.