Si nos fijamos en la historia reciente de la renta variable, vemos que los mercados han tendido a moverse en megaciclos decenales, en los que la rentabilidad de los mercados ha estado dominada por una temática principal.
Una gran proporción de la rentabilidad que ha registrado el mercado de renta variable en los últimos diez a quince años se ha debido a los beneficios que han traído consigo unos tipos de interés muy bajos, lo que ha favorecido que el liderazgo del mercado haya estado en manos de unas pocas plataformas tecnológicas estadounidenses de megacapitalización.
Sin embargo, a raíz de los acontecimientos que comenzaron a desarrollarse en 2022, pensamos que ahora nos encontramos en un ciclo de mercado diferente, marcado por unos tipos de interés estructuralmente más elevados, una inflación más volátil y fuertes tensiones geopolíticas.
No obstante, aunque el cambio es algo normal en la economía mundial, lo que hace único a este momento de la historia, y lo que nos resulta especialmente emocionante como inversores, es que parece haber una confluencia de varios cambios transformacionales y multigeneracionales que se están produciendo de manera simultánea. En este documento abordaremos tres de estos cambios, y hablaremos sobre cómo estamos identificando las oportunidades de inversión a largo plazo que se derivan de ellos.
De cara al futuro, pensamos que estas importantes tendencias ampliarán el liderazgo del mercado y ofrecerán un conjunto mucho más rico y diverso de oportunidades de inversión en los próximos diez años. Esto no significa que ciertas compañías tecnológicas no puedan continuar ofreciendo buenos resultados, pero a ellas se les unirán compañías de otras regiones y sectores, que están expuestas a factores estructurales diferentes.
En otras palabras, pensamos que podríamos estar ante un periodo especialmente favorable para los inversores con un enfoque bottom-up, diversificado y global de selección de títulos. En este contexto, es importante encontrar estrategias de inversión que puedan hacer frente a los grandes cambios que se vayan produciendo en los mercados, manteniéndose al mismo tiempo fieles a su filosofía y sus objetivos.