1. La inteligencia artificial genera valor, pero preocupa el nivel de gasto
Durante las recientes presentaciones de resultados, los directivos de las grandes tecnológicas señalaron que las inversiones en inteligencia artificial ya han contribuido al crecimiento del negocio. Es posible que lo dijeran para tranquilizar a los inversores, preocupados por el aumento del gasto destinado a esta tecnología.
«Las compañías que utilizan inteligencia artificial ya cuentan con datos que demuestran que la tecnología está teniendo efectos positivos en sus ingresos, que es una de las razones por las que su cotización no está muy lejos de sus máximos históricos», señala Casey.
Mark Zuckerberg, consejero delegado de Meta, afirmó que los «avances en inteligencia artificial continúan mejorando la calidad de las recomendaciones e impulsando el diálogo». Uno de los objetivos a largo plazo de la compañía es ofrecer a los anunciantes la capacidad de automatizar los procesos de creación y prueba de contenido publicitario.
Aun así, los inversores están preocupados por el aumento del gasto. «En algunos casos, el gasto es tan elevado que resulta difícil imaginar que se puede rentabilizar la inversión», afirma Casey.
En caso de recesión, el menor gasto de los clientes podría afectar a los beneficios, pero el impacto en las cotizaciones a largo plazo es más difícil de predecir.
«A la hora de invertir, pienso en un plazo de cuatro a ocho años y me planteo que se produce una recesión de aquí a entonces. Luego trato de determinar qué compañías podrían acabar siendo en ese momento futuro más grandes y más rentables de lo que refleja su cotización actual», explica Casey. Este ejercicio ayuda al gestor a superar la volatilidad a corto plazo y a evitar las decisiones precipitadas.
2. Las compañías de fármacos adelgazantes amplían su ventaja
Es probable que el duopolio que conforman Eli Lilly y Novo Nordisk en el ámbito de los medicamentos para la pérdida de peso y la diabetes continúe durante algún tiempo, tal y como afirma el analista de renta variable Christopher Lee, especializado en el sector farmacéutico y biotecnológico estadounidense.
Eli Lilly, que comercializa los fármacos Mounjaro y Zepbound, ha realizado fuertes inversiones en capacidad de fabricación, ya que la elevada demanda ha hecho que el Organismo estadounidense para el Control de Alimentos y Medicamentos (FDA) incluya a estos productos en su lista de medicamentos de disponibilidad limitada. A principios de agosto, la base de datos del gobierno señalaba que estos fármacos ya estaban disponibles.
«Las compañías del sector se están dando cuenta de que necesitan ofrecer un producto que sea diferente o que complemente a los fármacos contra la obesidad que existen actualmente en el mercado», afirma Lee. Por ejemplo, algunas están ya trabajando en ciertos medicamentos que ayudarán a mantener la masa muscular a medida que el paciente adelgaza.
Una de las razones que explica la ventaja de Eli Lilly y Novo Nordisk, fabricante de Ozempic y Wegovy, frente al resto de las compañías del sector es que ambas llevan veinte años invirtiendo miles de millones de dólares en sus respectivas franquicias. «Para cuando una compañía rival pueda ofrecer un producto, Eli Lilly y Novo Nordisk habrán levantado un gran muro a su alrededor gracias a la negociación de grandes descuentos con los seguros médicos comerciales. Esta práctica dificulta la introducción de medicamentos por parte de la competencia», explica Lee.
Por otra parte, los inversores a los que les preocupe la ralentización de la economía podrían aprovechar la oportunidad para revisar su exposición al sector sanitario, añade. El sector ha tendido a resistir mejor que el índice S&P 500 en periodos de recesión, ya que la mayoría de los consumidores no pueden dejar de tomar unos medicamentos que podrían salvarles la vida.