El mercado de deuda corporativa global se vio favorecido por el aumento de la confianza de los inversores que se registró en los tres últimos meses de 2023. El optimismo sobre las perspectivas de recortes de tipos de interés por parte de los bancos centrales y las expectativas de unas previsiones económicas relativamente sólidas llevaron a una reducción de los diferenciales de crédito. Los emisores de deuda corporativa aprovecharon la oportunidad para emitir grandes volúmenes de bonos, que fueron muy bien acogidos por el mercado en general. El diferencial del índice de deuda corporativa global (Bloomberg Global Aggregate Corporate Index) cerró el trimestre en 115 puntos (pb), 20 puntos menos que a finales de septiembre. Sin embargo, esta evolución no fue en línea recta: antes de alcanzar los 115 pb, el diferencial aumentó en octubre a 144 puntos, ya que el discurso de «tipos elevados durante más tiempo» parecía afianzarse.
La deuda corporativa estadounidense superó a la europea. Los diferenciales de los bonos estadounidenses cayeron 22 pb y cerraron el trimestre en 99, mientras en el mercado europeo cayeron 16 puntos y cerraron en 138. Estos movimientos respectivos hicieron que el diferencial entre la deuda corporativa estadounidense y la europea aumentara 7 pb hasta los 39. Esta situación no resulta del todo sorprendente, ya que la euforia ante los posibles recortes de tipos en 2024 se centró en Estados Unidos. La Reserva Federal prevé tres recortes en 2024, mientras que el Banco Central Europeo ha moderado sus expectativas en este sentido.
Se mantiene la incertidumbre en torno a las perspectivas económicas, geopolíticas y de política monetaria. La posibilidad de una recesión y de un debilitamiento de los fundamentales corporativos sigue estando presente, a pesar de la notable mejora que han registrado en los últimos meses las condiciones del mercado financiero. A nivel del índice, las valoraciones no resultan especialmente atractivas, ya que los diferenciales de crédito corporativo están ligeramente por debajo de sus medias históricas. No obstante, es posible encontrar ciertas oportunidades idiosincráticas, gracias al aumento de los diferenciales de la deuda corporativa europea frente a la estadounidense y de la mejora que han registrado las valoraciones de los bonos emitidos por compañías financieras frente a los del sector industrial.
Se mantiene la sólida demanda de deuda corporativa y el reciente aumento de la emisión ha sido muy bien acogido por los mercados. El elevado rendimiento total de la deuda corporativa global sigue resultado atractivo, y la oportunidad de garantizarse los niveles actuales podría acabar pronto, dado el potencial de recortes de tipos de interés en 2024 previsto tanto por el mercado como por la Reserva Federal. Ante el elevado nivel de incertidumbre, no posicionamos nuestras carteras de deuda corporativa global para un resultado macroeconómico concreto, sino que nos enfocamos en tratar de identificar oportunidades idiosincráticas por compañía y sector, como en el bancario, el de los suministros públicos y el de productos químicos.