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Cómo invertir en renta fija en busca de equilibrio ante el fin de las subidas de tipos
Chitrang Purani
Gestor de renta fija
Anmol Sinha
Directora de inversiones en renta fija

Cuando la renta variable sube, se supone que la renta fija baja. Esta consolidada relación se ha roto en los últimos años, pero ciertos indicios alentadores nos hacen pensar en un posible retorno.


No cabe duda de que ha sido un periodo complicado para la renta fija. Las pérdidas que se registraron en 2022 fueron especialmente acusadas. Este fue el primer año en varias décadas en el que la renta fija cayó al mismo tiempo que la renta variable. Las rápidas subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, en un contexto en el que la economía estadounidense se enfrentaba a unas tasas de inflación que se situaban entre las más elevadas de los últimos 40 años, provocaron una gran inestabilidad. Si analizamos la correlación de la renta fija y variable en los periodos de corrección de los mercados de renta variable desde 2010, comprobaremos lo inusual que ha sido este periodo en concreto.


A diferencia de lo ocurrido en otras correcciones recientes, la renta fija cayó junto a la renta variable en 2022

Este gráfico muestra la correlación entre renta fija y renta variable durante las correcciones del mercado de renta variable. El eje vertical muestra la correlación de -0,80 a 0,40, mientras que el eje horizontal muestra ocho periodos de corrección del mercado de renta variable. Las correlaciones de las correcciones son las siguientes: <i>Flash crash</i>: -0,59%; Bajada de calificación de la deuda estadounidense: -0,57%; Ralentización de la economía china: -0,37%; Crisis de los precios del petróleo: -0,26%; Preocupación por inflación / tipos en Estados Unidos: -0,08%; Venta generalizada: -0,26%; Pandemia de COVID-19: -0,28%; Inflación y subidas de tipos históricas: 0,23%.]

Fuente: Morningstar. Información a 31 octubre 2023. La correlación es una estadística que mide el grado en que dos variables se mueven entre sí; una correlación positiva implica que se mueven juntas en la misma dirección, mientras que una correlación negativa implica que se mueven en direcciones opuestas. Las cifras de correlación se basan en los datos de rentabilidad del índice S&P 500 frente al índice Bloomberg US Aggregate. La correlación mostrada corresponde a los ocho periodos de corrección del mercado de renta variable desde 2010. Las correcciones se basan en caídas de precios del 10% o más (sin dividendos reinvertidos) en el índice S&P 500 no gestionado con una recuperación de al menos el 75%. Las fechas de los periodos de corrección son las siguientes: Flash crash, desde abril hasta julio 2010 Bajada de calificación de la deuda estadounidense: desde abril hasta marzo 2011. Ralentización de la economía china: desde mayo hasta agosto 2015. Crisis de los precios del petróleo: desde noviembre 2015 hasta febrero 2016. Preocupación por inflación / tipos en Estados Unidos: desde enero hasta febrero 2018. Venta generalizada: desde septiembre hasta diciembre 2018. Pandemia de COVID-19: desde febrero hasta marzo 2020. Inflación y subidas de tipos históricas: desde enero hasta octubre 2022. Las rentabilidades obtenidas en el pasado no garantizan rentabilidades futuras.

Sin embargo, a medida que vamos dejando atrás las subidas de tipos de interés y los mercados comienzan a centrar más su atención en el entorno de crecimiento, la renta fija podría volver a ejercer como elemento de equilibrio de las carteras de inversión. Además, el aumento del rendimiento inicial supone un mayor potencial de rentabilidad para los bonos.


«Este ciclo de subidas de tipos de la Reserva Federal ha sido el más rápido de las últimas décadas, y es probable que afecte a los segmentos de la economía que son más sensibles a los tipos de interés», afirma Chitrang Purani, gestor de renta fija. «En términos generales, la debilidad de la economía podría favorecer a la renta fija, tanto desde el punto de vista de la rentabilidad absoluta como en lo que se refiere a la diversificación con respecto a la renta variable».


¿Qué es lo que ha fallado?


El fuerte aumento de la inflación y de las previsiones de inflación que vivimos en 2022 impulsó un profundo cambio en las expectativas relacionadas con la política de la Reserva Federal, tanto entre las propias autoridades monetarias como entre los inversores. A principios de 2023, los inversores mostraron un cierto optimismo en lo que se refiere a la rentabilidad de los bonos, ya que anticipaban unos rendimientos iniciales relativamente elevados. Sin embargo, el índice Bloomberg US Aggregate tampoco ha logrado este año importantes ganancias: su rentabilidad, a 14 de noviembre, es del 0,40%.

La Reserva Federal ha seguido subiendo los tipos de interés, por un total de 100 puntos básicos este año. Es cierto que esta cifra es inferior a los 425 puntos que subió en 2022, pero sigue siendo más de lo que esperaban los mercados y la propia entidad a principios de 2023. Aunque la inflación general ha caído con fuerza desde el 9,1% registrado en junio de 2022, en octubre marcaba un 3,2%, lo que aún representa un nivel elevado de inflación. Por su parte, la capacidad de resistencia que ha mostrado la economía estadounidense ha provocado continuos cambios en las expectativas de tipos, no solo en lo que se refiere a los tipos de interés de los fondos federales, sino también a los tipos en todo el espectro de vencimientos. La solidez del mercado laboral, el elevado nivel de ahorro tras la pandemia y las medidas de estímulo son algunos de los factores que explican la capacidad de resistencia de la economía.


La solidez del crecimiento y la elevada inflación han provocado el ajuste de las expectativas de tipos de la Reserva Federal

Este gráfico muestra las previsiones para el tipo de interés de los fondos federales a final de año. En el eje horizontal figuran los años 2023, 2024 y 2025; en el eje vertical, los tipos del 3,0% al 6,0%. Hay cuatro conjuntos de datos trazados a partir de las reuniones de la Reserva Federal en diciembre 2022, marzo 2023, junio 2023 y septiembre 2023. En noviembre 2023, el tipo de interés de los fondos federales se sitúa en el 5,5%. En diciembre 2022, las expectativas son las siguientes: 5,1% para 2023, 4,1% para 2024, 3,1% para 2025. En marzo 2023, las expectativas son las siguientes: 5,1% para 2023, 4,3% para 2024, 3,1% para 2025. En junio 2023, las expectativas son las siguientes: 5,6% para 2023, 4,6% para 2024, 3,4% para 2025. En septiembre 2023, las expectativas son las siguientes: 5,6% para 2023, 5,1% para 2024, 3,9% para 2025».]

Fuente: Reserva Federal de Estados Unidos. Información a 13 noviembre 2023. Las proyecciones de fin de año han sido extraídas de las declaraciones del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal publicadas el 14 diciembre 2022; el 22 marzo 2023; el 14 junio 2023; el 20 septiembre 2023. El tipo de interés de los fondos federales mostrado refleja el límite superior de los tipos.

¿Cuándo van a volver a respirar tranquilos los inversores en renta fija?


La Reserva Federal ha optado por no subir los tipos de interés en sus dos últimas reuniones, y el presidente de la entidad, Jerome Powell, ha reiterado que el banco central actuará «con prudencia». Señaló que la Reserva Federal es consciente del reciente aumento que han registrado los rendimientos a más largo plazo y que los cambios persistentes en las condiciones financieras podrían afectar a evolución de la política monetaria, lo que podría indicar que la entidad está al menos cerca de poner fin al ciclo de subidas de tipos.


«Para la inflación ha sido más fácil caer desde los niveles máximos que registró el año pasado al casi 3% actual de lo que podría ser bajar hasta el objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal», señala Purani. «Dado que el crecimiento se ha mostrado más sólido de lo que la mayoría esperaba, lo más probable es que los tipos de interés se mantengan en niveles elevados durante más tiempo del previsto inicialmente, posibilidad que se ha visto reflejada este año en los mercados».


En este escenario, los tipos de interés no tienen por qué subir mucho más desde el nivel actual, pero podrían mantenerse en niveles elevados durante un periodo más largo.


La revalorización que han hecho los mercados de este escenario de tipos elevados en 2023 ha creado un equilibrio entre el riesgo y la rentabilidad más favorable para la renta fija que el que había hace un año. La rentabilidad de la clase de activo se ha visto favorecida por un rendimiento inicial relativamente sólido, que alcanzó recientemente el nivel más alto de los últimos 16 años en el índice Bloomberg US Aggregate.


«En periodos anteriores de subidas de tipos de la Reserva Federal, la renta fija ha tendido a registrar una sólida rentabilidad total en los doce meses posteriores al final del ciclo», explica Purani. «Históricamente, ha sido un buen momento para invertir en renta fija». Por sí solo, el elevado rendimiento inicial puede ofrecer un atractivo perfil de rentabilidad; pero es que, además, la renta fija tiene potencial de diversificación con respecto a la volatilidad de la renta variable y puede ofrecer incluso una mayor rentabilidad en caso de deterioro sustancial del crecimiento económico.


En los últimos cuatro ciclos de subidas de tipos de interés, la rentabilidad media del índice Bloomberg US Aggregate se ha situado en el 10,1% en el periodo de doce meses posterior a la última subida. El rendimiento actual del índice también ha recortado distancias con los títulos del Tesoro estadounidense a tres meses, lo que podría llevar a los inversores a replantearse sus inversiones en instrumentos similares al efectivo a favor de bonos con mayor exposición a los tipos de interés.


«Los efectos de la política monetaria parecen ir con más retraso de lo habitual», afirma Purani. «Pero si los tipos se mantienen en niveles elevados, creo que la cuestión no es si llegaremos a entrar en un escenario de debilidad económica, sino cuándo lo haremos».


La correlación positiva entre la rentabilidad de la renta fija y las pérdidas de la renta variable en 2022 ha llevado a algunos inversores a cuestionar la conveniencia de volver a invertir en renta fija. Normalmente, una correlación baja o próxima a cero indica diversificación, pero esta relación se vio afectada por el contexto de rápida aceleración de la inflación y cambios en la política monetaria. Sin embargo, unas perspectivas de inflación más favorables podrían mejorar la diversificación en el futuro. 


«Cuando la inflación es elevada y muestra una tendencia alcista, tienden a aumentar las correlaciones entre la renta fija y la renta variable», añade Purani. «A medida que la inflación se estabiliza o disminuye, la renta fija puede actuar como un elemento de diversificación más fiable frente a la debilidad de la renta variable, aun cuando la inflación se mantenga en niveles algo más elevados que en los últimos diez años».


Áreas atractivas en renta fija


En opinión de Purani, la exposición al riesgo de tipos de interés en las carteras está mejor equilibrada. La duración, que mide la sensibilidad de un fondo de bonos a los tipos de interés, podría pasar de ser un factor negativo a favorecer la rentabilidad de la renta fija el año que viene si los tipos se mantienen próximos a su nivel máximo. Los inversores con mayor asignación en renta variable u otros activos de riesgo podrían optar por aumentar su exposición a la duración, ya que la exposición a los tipos ofrece actualmente una mayor compensación y podría producirse una revalorización de precios si la Reserva Federal recorta los tipos en respuesta a una ralentización económica.


«Otra cuestión que los inversores han de tener en cuenta a la hora de aumentar la capacidad de resistencia de sus carteras es la calidad crediticia de sus inversiones de renta fija», señala Purani. «Los créditos de mayor calidad pueden verse menos afectados por la debilidad económica que los de menor calidad, que podrían sentir en mayor medida los efectos del endurecimiento de la política monetaria. Además, los inversores pueden aumentar la exposición de calidad sin hacer renuncias excesivas de rentabilidad».


«Es importante entender lo que obtenemos de un fondo de renta fija, porque muchas estrategias que, en teoría, están referenciadas a índices diversificados, podrían en la práctica comportarse como fondos de crédito», añade Purani. «Estos fondos podrían ofrecer una elevada rentabilidad en un entorno de mercado lateral, pero podrían estar más correlacionados con la renta variable en periodos de caída». Si nos fijamos en los patrones históricos de rentabilidad a largo plazo en periodos de inestabilidad de los mercados de renta variable, podremos entender mejor el potencial de diversificación.


El índice de referencia de la renta fija core superó a la renta variable y a los bonos de mayor riesgo en periodos de inestabilidad del mercado de renta variable

Este gráfico muestra la rentabilidad sobre el índice acumulada media del Bloomberg U.S. Aggregate frente al S&P 500 Index y el Bloomberg U.S. High Yield 2% Issuer Capped. La primera columna muestra una rentabilidad sobre el índice del 17,8% para el Aggregate en relación con el S&P 500. La segunda columna muestra una rentabilidad sobre el índice del 7,6% para el Aggregate en relación con el High Yield].

Fuente: Morningstar. Información a 31 octubre 2023. Las medias se calcularon utilizando la rentabilidad acumulada del índice Bloomberg US Aggregate frente al índice S&P 500 y el Bloomberg US High Yield 2% Issuer Capped durante los ocho periodos de corrección del mercado de renta variable desde 2010. Las correcciones se basan en caídas de precios del 10% o más (sin dividendos reinvertidos) en el índice S&P 500 no gestionado con una recuperación de al menos el 75%. La rentabilidad acumulada se basa en la rentabilidad total. Rangos de rentabilidad para las correcciones de renta variable: índice Bloomberg US Aggregate: del –14,38% al 5,35%; índice S&P 500: del –10,1% al –33,79%; índice Bloomberg US High Yield 2% Issuer Capped: del -20,76% al -1,45%. Ha habido períodos en los que el índice Bloomberg US Aggregate se ha visto superado por el resto de índices, como en los periodos alcistas de los mercados de renta variable. Las rentabilidades obtenidas en el pasado no garantizan rentabilidades futuras.

«En periodos de volatilidad de los mercados, tratamos de utilizar mecanismos de diversificación en la construcción de las carteras de renta fija con el fin de obtener un nivel atractivo de diversificación y de rentas ajustadas el riesgo», señala Purani. «Ello nos permite lograr una rentabilidad atractiva, ofreciendo al mismo tiempo diversificación con respecto a la renta variable en periodos de tensión de los mercados».


Unas perspectivas más favorables


Tras un largo periodo de caídas, la renta fija podría estar a punto de retomar su función de elemento de diversificación con respecto a la renta variable en las carteras de inversión. La inflación tiende a la baja, y la preocupación por un nuevo aumento parece estar moderándose. Los tipos de interés podrían estar próximos a su nivel máximo, si es que no lo han alcanzado ya. Todos estos factores favorecen las perspectivas de riesgo y rentabilidad de la renta fija.


Los inversores que deseen lograr un mayor equilibrio en sus carteras de inversión mediante la renta fija deben incluir posiciones de calidad y exposición a la duración. Una trayectoria acreditada a largo plazo de sólida rentabilidad relativa en mercados bajistas de renta variable también es esencial, aunque los resultados obtenidos en el pasado no son indicativos de resultados futuros.


«Las perspectivas actuales no ofrecen ninguna certeza», concluye Purani. «No obstante, a lo largo de los próximos doce meses, la renta fija de calidad tiene potencial para ofrecer oportunidades atractivas desde el punto de vista del rendimiento y de la rentabilidad total, lo que respalda su función tradicional como elemento de equilibrio de las carteras de inversión diversificadas».



Chitrang Purani es gestor de carteras de renta fija y cuenta con 19 años de experiencia en inversiones (a 31/12/2022). Posee un MBA por la Universidad de Chicago y una licenciatura por la Universidad de Northern Illinois. Además, es analista financiero colegiado, CFA®.

Anmol Sinha es director de inversiones de renta fija en Capital Group. Tiene 15 años de experiencia en la industria de inversiones y ha estado en Capital Group durante un año. Antes de unirse a Capital, Anmol trabajó como vicepresidente ejecutivo (estratega de renta fija) en PIMCO. Tiene un MBA de la Columbia Business School, una maestría en economía de la Universidad de Nueva York y una licenciatura en economía de la Universidad de California, Berkeley. Anmol tiene su sede en Los Ángeles.


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