Todos los seres humanos temen a las pérdidas.
El psicólogo Daniel Kahneman, ganador del premio Nobel, lo demostró con su teoría de aversión a las pérdidas, que defiende que la gente sufre más por las pérdidas de lo que se alegra por las ganancias. Por eso el instinto natural de los inversores es salir del mercado cuando empieza a caer y apresurarse a entrar cuando vuelve a subir. Ambas reacciones pueden tener consecuencias negativas.
No sabemos qué nos deparará el resto del año. Sin embargo, la inversión inteligente nos permite superar nuestras emociones al centrarnos en la investigación relevante, datos sólidos y estrategias contrastadas. Estos siete principios pueden ayudarnos a controlar el impulso de tomar decisiones basadas en las emociones cuando los mercados están revueltos:
1. Las caídas del mercado son algo natural en el proceso de inversión
La renta variable ha tendido a subir de forma constante durante largos periodos de tiempo, pero la historia nos demuestra que las caídas del mercado son inevitables en el proceso de inversión. La buena noticia es que las correcciones (es decir, caídas del 10% o más), los mercados bajistas (caídas del 20% o más) y otras perturbaciones del mercado no duran eternamente.