«Muchas compañías están retrasando sus decisiones porque no saben cómo pueden cambiar las reglas de aquí a una semana, un mes o un año», explica Darrell Spence, economista de Capital Group. «Incluso en el caso de que se acaben rebajando o rescindiendo los aranceles, este retraso va a tener sus consecuencias. Aún no se sabe si acabará traduciéndose o no en una recesión, pero aumenta el riesgo de manera significativa».
En cierta medida, la incertidumbre se ha convertido en un indicador económico que debemos tener en cuenta, al igual que analizamos otros datos como el empleo, el consumo o la inversión empresarial, añade Spence. «Creo que gran parte de la labor de previsión económica actual se basa en la previsión política. Y esto se complica especialmente cuando la política cambia con tanta rapidez».
La volatilidad vuelve con fuerza a los mercados
La volatilidad ha aumentado con fuerza en la primera mitad del año como consecuencia de los aranceles impuestos por Estados Unidos contra prácticamente todos sus socios comerciales, entre los que se incluyen Canadá, México y China. Siguiendo un patrón que ahora ya conocemos bien, el anuncio de los aranceles hizo caer a los mercados de renta fija y renta variable, que volvieron a subir cuando más tarde se anunció la reducción de dichos aranceles o la tregua en su aplicación.
A finales de mayo, la renta variable estadounidense, representada por el índice S&P 500, había recuperado casi todas las pérdidas que había registrado previamente, ya que los inversores mostraron su optimismo ante la posible revisión de los acuerdos comerciales.
«Es probable que en abril alcanzáramos el punto de máxima incertidumbre», afirma la gestora de renta variable Jody Jonsson. Ese fue el momento en el que el presidente Donald Trump anunció la mayor serie de aranceles, en lo que dio en llamar el «Día de la Liberación». «Desde entonces se han producido ciertos avances bastante prometedores. Si logramos seguir reduciendo la incertidumbre, creo que la volatilidad no va a ser tan acusada en la segunda mitad del año».
Cuatro escenarios para un reajuste mundial
Tras analizar la situación con perspectiva, Jonsson considera que el mundo está cambiando de una forma que no habíamos visto en varias décadas. Este «reajuste mundial», en los ámbitos político, militar y económico, tiene un efecto disruptivo, y podría seguir teniéndolo hasta que termine de configurarse el nuevo orden mundial.
«Estamos inmersos en una reestructuración fundamental del orden geopolítico tal y como lo conocemos desde que acabó la Segunda Guerra Mundial», señala la gestora. «El sistema integrado en el que hemos llegado a confiar en las últimas décadas está cambiando con rapidez y podría ser muy diferente en el futuro».
El equipo Night Watch de Capital Group, formado por economistas, analistas políticos y gestores de inversión, trata de entender estos cambios acudiendo al análisis de los escenarios. En lugar de hacer predicciones, identifican una serie de posibles escenarios finales y los relacionan con potenciales consecuencias para la inversión.
En su análisis inicial, han identificado cuatro escenarios a gran escala que podrían producirse en los próximos años a medida que el mundo trata de alcanzar un nuevo equilibrio. Una guerra comercial a escala mundial y un cambio en las alianzas políticas podrían ralentizar el crecimiento de la economía, impulsar la inflación y aumentar el riesgo de recesión. Por otra parte, si las negociaciones comerciales tienen éxito a corto plazo, los mercados podrían repuntar.