1. La red eléctrica se ha quedado anticuada y tendrá que ser renovada
La mayor parte de la red eléctrica estadounidense se remonta a las décadas de 1950 y 1960, así que ya es hora de actualizar el sistema. «En este país, producimos mucha electricidad a partir del gas natural y el carbón, y muchas de estas fuentes se retirarán o sustituirán en los próximos 20 a 30 años», afirma Taylor Hinshaw, gestor de renta variable.
Los incendios forestales y las inundaciones también están poniendo a prueba el sistema, añade Hinshaw. Pacific Gas & Electric y Southern California Edison se han visto obligadas a reforzar sus redes frente a las posibles catástrofes naturales y han tenido que buscar fuentes de energía limpia para cumplir la normativa en materia de emisiones.
Será necesario aumentar el gasto de capital aun cuando no se produzca el incremento previsto de la demanda de energía. Según Hinshaw, dicha demanda aumentará un 3,5% anual durante los próximos diez años desde el nivel actual de aproximadamente un 1,0%. Este incremento del gasto trae consigo un crecimiento potencial de los beneficios, ya que las entidades de regulación permiten a las compañías recuperar su inversión mediante el aumento de sus tarifas.
Por su parte, a pesar del debate actual sobre los combustibles fósiles frente a la energía eólica y otras formas de energía renovable, la transición hacia un entorno de energías renovables ya se ha puesto en marcha. La Ley para la Reducción de la Inflación de 2022 incluye importantes incentivos para la adopción de energías limpias y ha beneficiado ya a numerosos estados de distinto perfil político.
«Algunas partes de la ley podrían cambiar con un nuevo gobierno, pero las empresas no van a dejar de invertir en renovables», afirma Andre Meade, analista del sector. Aun así, el aumento de la demanda de electricidad significa que el gas natural y otros combustibles fósiles aún tienen una vida útil muy larga.
2. Las compañías de suministros públicos impulsan el auge de la inteligencia artificial
No es ningún secreto que la inteligencia artificial consume mucha electricidad. Según un estudio realizado en julio de 2024 por Allen Institute, una consulta a ChatGPT consume la misma cantidad de energía que mantener una bombilla encendida durante veinte minutos.